Hidrofobia

Stephen King es un escritor de novelas de terror bastante prolífico. Durante mi adolescencia leí bastante de sus libros (Misery lo llegue a leer dos veces). Muchas de sus obras fueron llevadas al cine y la televisión, pero lo cierto es que la mayoría llegaron sin pena ni gloria. Sólo unas pocas películas se libran de la quema. Curiosamente dos de las mejores fueron dirigidas por el mismo director, Frank Darabont. Fueron «La milla verde» protagonizada por Tom Hanks y Michael Clarke Dunkan y «La niebla» de 2007 protagonizada por Thomas Jane (esta última tiene un final no apto para todos los públicos). El caso es que entre todas las novelas de este escritor estadounidense hoy queremos hablar de una de las más conocidas (también con su versión cinematográfica): «Cujo». Básicamente cuenta la historia de una familia que es aterrorizada por un perro de la raza San Bernardo portador de la rabia. Resulta curioso que la enfermedad de la rabia tiene también otro nombre, quizás menos conocido: hidrofobia. Digo que resulta curioso porque la hidrofobia también es una enfermedad psicologica relacionada con el miedo al agua (¿será que los animales más propensos a la enfermedad de la rabia son los que menos se lavan?). El término hidrofobia (o hidrofóbico) se aplica también a materiales utilizados para la impermeabilización, como la aplicación de poliurea. Este material es altamente repelente a la humedad y muy efectivo contra las humedades y filtraciones. Si se aplica correctamente sus resultados pueden durar mucho tiempo. De secado rápido (alrededor de cuatro segundos tras su aplicación) y una alta adherencia. De hecho, se puede caminar por encima de la zona tratada a los pocos minutos de su proyección manteniendo sus propiedades impermeabilizantes.

Desconocemos si Cujo, el San Bernardo que tenía poco de santo, se lavaba mucho o nada, pero lo que sí sabemos es que la poliurea es perfecta para la impermeabilización.