Robinson Crusoe

Robinson Crusoe

Seguramente muchos de vosotros no conozcáis a Alexander Selkirk. Yo mismo no lo conocía hasta que busqué información para este artículo. Fue un marinero escocés que, debido a una discusión con el capitán del barco Cinque Ports, fue abandonado en una isla desierta en la zona central de Chile. Más tarde el Cinque Ports se hundió, y Selkirk tuvo que vivir como naufrago durante cuatro años hasta que le recogió un barco de nombre Duque que le permitió volver al Reino Unido. Murió a la edad de 45 años sirviendo como teniente del barco de la armada Weymouth, seguramente por fiebre amarilla. Lo interesante de este personaje (como si lo explicado no fuera poco) es que muy probablemente sirviese de inspiración a Daniel Defoe para escribir su novela «The life and strange surprising adventures of Robinson Crusoe». Esta novela fue todo un éxito y consiguió sacar de la pobreza a su escritor que ya contaba con sesenta años y siete hijos y no había tenido suerte en el periodismo. La novela contaba la historia de Robinson Crusoe, un naufrago inglés que desobedeciendo la voluntad de su padre de que estudie leyes, decide embarcarse en varias expediciones. En una de ellas naufraga y tuvo que pasar 28 años en una isla tropical intentando sobrevivir, entre otras cosas, a la soledad.

Y es que la soledad es muy mala. De hecho en muchos trabajos es hasta desaconsejable. Necesitamos la ayuda de otros para poder realizarlos correctamente. No debemos sentirnos como náufragos en una isla desierta. Si trabajamos en una empresa de impermeabilizaciones con poliurea en Barcelona seguro que contaremos con compañeros que nos ayuden a realizar el trabajo. Si estamos aplicando la poliurea, otro compañero puede proteger las zonas en las que no queremos proyectar el producto o ayudarnos a manejar la manguera.

No queramos hacerlo todo solos como si fuéramos Robinson Crusoe en una isla desierta y busquemos ayuda de ser necesario para realizar el trabajo.